R.Molina-La dimensión adquirida por Pep Guardiola ha supuesto un hecho inusual en el fútbol español que no veíamos desde su mentor, Johan Cruyff. La principal preocupación de cara al futuro para el barcelonismo no son los nombres que pueden venir a la plantilla, ni tan siquiera el próximo presidente. Solo preocupa una cosa: la continuidad de Pep Guardiola.
Su debut en un banquillo llegó con el Barça B, pasando el año siguiente a llevar las riendas del primer equipo. Conocedor como pocos de la Masía, llegó al vestuario de un equipo que a pesar de haber practicado un fútbol de ensueño, coronándose con la segunda Copa de Europa del club en París, había perdido el hambre de títulos. Un equipo que estaba llamado a marcar una época en el fútbol mundial,con los mejores futbolistas de los últimos años,se venía abajo por las disputas internas y la autocomplacencia del entorno. Muchos gallos en el mismo gallinero.
La primera decisión nada más sentarse en el banquillo culé fue más que significativa. Pep ordenó poner en el mercado a 3 de las principales estrellas del equipo. Ronaldinho, Deco y Etoo eran puestos en venta.Especialmente significativa fue la situación del brasileño Ronaldinho. La imagen y el abanderado del presidente era expulsado del equipo. A pesar de lo arriesgado de esta maniobra, Joan Laporta dio total libertad a la configuración del equipo a su cuerpo técnico. A pesar de ser un principiante,Pep tenía muy claro sus ideas.
Históricamente los dos grandes del fútbol español se han caracterizado por dos principales cualidades: mientras que en la Masía se tenía como ideosincrasia el buen trato del balón,en Chamartín predominaba el gen competitivo, algo que aterraba en la ciudad condal.
A lo largo de la historia se han sucedido numerosos duelos directos entre los dos grandes, situaciones en las que el resbalón de uno propiciaba la victoria del eterno rival. Cuando el equipo blaugrana era el perseguido, los nervios se apoderaban de los culés, temiendo no ser capaces de soportar la presión. Un ejemplo lo encontramos en la última liga conseguida por Fabio Capello al frente del Real Madrid. La situación del Madrid al llegar al enfrentamiento directo con el por entonces líder era desoladora. En medio de una crisis deportiva e institucional, un técnico puesto en entredicho durante toda la temporada, y el pánico a otra temporada en blanco. Sin embargo el equipo blanco sacó esa noche el principal valor por el que se ha hecho grande a lo largo de su historia: la competitividad. El equipo blanco salió esa noche con una victoria moral que a la postre le serviría como claro punto de inflexión. Por su parte, en el conjunto blaugrana los nervios se apoderaban de una plantilla que un año antes había logrado hacer un doblete de liga y Champions incontestable.
A pesar de las primeras dificultades soportadas por Guardiola, el técnico culé logró lavar la imagen de un equipo profundamente abatido, únicamente con 2 fichajes: Dani Alves y Gerard Piqué. El equipo asimiló totalmente el mensaje del entrenador catalán, adoptando un espíritu de competitividad y entrega nunca vistos en el seno de la entidad blaugrana.En dos de los partidos claves del año pasado, como fueron la final de la Copa del Rey y el clásico del Bernabéu, el equipo culé empezó perdiendo. Los resultados finales fueron 4-1y un hiriente 2-6, que propició una crisis en el conjunto de Chamartín como hacía años no se daba. El equipo no se descompuso en ningún momento, creyendo en un estilo y una forma de jugar, algo de lo que adolece desde hace años el equipo merengue.
Tras la consecución de todos los títulos disputados en 2009, la empresa para Pep este año se antojaba más que complicada. Desde el primer momento el técnico declaró que su aspiración este curso no era volver a conseguir los 6 títulos, algo deportivamente casi utópico, sino mantener el hambre de ganar de un equipo adulado por prensa, técnicos y jugadores. Sabiendo de la importancia de mantener el clima del vestuario y la necesidad de liderazgo de su principal estrella del fútbol mundial, Leo Messi, Guardiola volvió a poner en el mercado a Samuel Etoo por, en palabras suyas, una cuestión de "feeling".
En la historia del fútbol muchos equipos han tenido momentos en los que el simple hecho de llevar una camiseta y un escudo, infundía tal temor en el rival que les permitía partir con ventaja desde la salida de vestuarios. El estilo de este Barça ha hecho que equipos de la talla de Arsenal, Madrid o Manchester duden de su estilo,modificando sus pautas de juego hasta ser un equipo irreconocible al del resto de la temporada. Guardiola ha logrado aunar una excelente plantilla alrededor de dos de los principales referentes del fútbol mundial: Xavi Hernández y Lionel Messi. La dimensión de estos dos jugadores ha corrido paralela la grandeza adquirida por su técnico.
La leyenda de Pep sigue batiendo récords. Y parece que por mucho tiempo.
Históricamente los dos grandes del fútbol español se han caracterizado por dos principales cualidades: mientras que en la Masía se tenía como ideosincrasia el buen trato del balón,en Chamartín predominaba el gen competitivo, algo que aterraba en la ciudad condal.
A lo largo de la historia se han sucedido numerosos duelos directos entre los dos grandes, situaciones en las que el resbalón de uno propiciaba la victoria del eterno rival. Cuando el equipo blaugrana era el perseguido, los nervios se apoderaban de los culés, temiendo no ser capaces de soportar la presión. Un ejemplo lo encontramos en la última liga conseguida por Fabio Capello al frente del Real Madrid. La situación del Madrid al llegar al enfrentamiento directo con el por entonces líder era desoladora. En medio de una crisis deportiva e institucional, un técnico puesto en entredicho durante toda la temporada, y el pánico a otra temporada en blanco. Sin embargo el equipo blanco sacó esa noche el principal valor por el que se ha hecho grande a lo largo de su historia: la competitividad. El equipo blanco salió esa noche con una victoria moral que a la postre le serviría como claro punto de inflexión. Por su parte, en el conjunto blaugrana los nervios se apoderaban de una plantilla que un año antes había logrado hacer un doblete de liga y Champions incontestable.
A pesar de las primeras dificultades soportadas por Guardiola, el técnico culé logró lavar la imagen de un equipo profundamente abatido, únicamente con 2 fichajes: Dani Alves y Gerard Piqué. El equipo asimiló totalmente el mensaje del entrenador catalán, adoptando un espíritu de competitividad y entrega nunca vistos en el seno de la entidad blaugrana.En dos de los partidos claves del año pasado, como fueron la final de la Copa del Rey y el clásico del Bernabéu, el equipo culé empezó perdiendo. Los resultados finales fueron 4-1y un hiriente 2-6, que propició una crisis en el conjunto de Chamartín como hacía años no se daba. El equipo no se descompuso en ningún momento, creyendo en un estilo y una forma de jugar, algo de lo que adolece desde hace años el equipo merengue.
Tras la consecución de todos los títulos disputados en 2009, la empresa para Pep este año se antojaba más que complicada. Desde el primer momento el técnico declaró que su aspiración este curso no era volver a conseguir los 6 títulos, algo deportivamente casi utópico, sino mantener el hambre de ganar de un equipo adulado por prensa, técnicos y jugadores. Sabiendo de la importancia de mantener el clima del vestuario y la necesidad de liderazgo de su principal estrella del fútbol mundial, Leo Messi, Guardiola volvió a poner en el mercado a Samuel Etoo por, en palabras suyas, una cuestión de "feeling".
En la historia del fútbol muchos equipos han tenido momentos en los que el simple hecho de llevar una camiseta y un escudo, infundía tal temor en el rival que les permitía partir con ventaja desde la salida de vestuarios. El estilo de este Barça ha hecho que equipos de la talla de Arsenal, Madrid o Manchester duden de su estilo,modificando sus pautas de juego hasta ser un equipo irreconocible al del resto de la temporada. Guardiola ha logrado aunar una excelente plantilla alrededor de dos de los principales referentes del fútbol mundial: Xavi Hernández y Lionel Messi. La dimensión de estos dos jugadores ha corrido paralela la grandeza adquirida por su técnico.
La leyenda de Pep sigue batiendo récords. Y parece que por mucho tiempo.