Bajo esta denominación encontraremos la que posiblemente sea, la solución definitiva para evitar los atropellos en las grandes ciudades.
Varios años de investigación ha necesitado Volvo para desarrollarlo, pero afortunadamente ya está aquí. De momento no tiene más seguidores y solamente lo encontraremos en la marca sueca, en los modelos XC60 y S60 como equipamiento de serie.
El sistema no es otra cosa que una mejora en el control de velocidad de crucero (posibilidad de marcar una determinada velocidad al coche y que este la mantenga solo sin necesidad de estar acelerando).
Suple el defecto que tiene el Cruise control, que no es capaz de frenar el coche por sí solo porque desconoce lo que ocurre delante de nosotros presuponiendo que está despejado.
Para poder calcular la distancia del coche precedente y saber si hay algún obstáculo, el City safety incorpora un pequeño sónar en el paragolpes delantero – parecido a la visión nocturna- que mediante ultrasonidos detecta cualquier anomalía en la carretera.
El alma de este sistema es sin duda el software, que debe ser lo más rápido y potente posible para no perder ni una décima de segundo a la hora de intervenir.
El proceso es el siguiente: El sensor detecta una anomalía, tranfiere los datos al ordenador central y este evalúa la situación interviniendo directamente en el circuito de frenada, frenando el coche de manera automática y con una brusquedad marcada por el peligro que exista, llegando a detenernos por completo.
El único pero que se le puede poner a este sistema es que no funciona por debajo de los 20 kilómetros a la hora pero por lo demás resulta interesante, ya que también podemos “fichar” al vehículo de delante y que nuestro coche de manera automática le siga a su misma velocidad.
Varios años de investigación ha necesitado Volvo para desarrollarlo, pero afortunadamente ya está aquí. De momento no tiene más seguidores y solamente lo encontraremos en la marca sueca, en los modelos XC60 y S60 como equipamiento de serie.
El sistema no es otra cosa que una mejora en el control de velocidad de crucero (posibilidad de marcar una determinada velocidad al coche y que este la mantenga solo sin necesidad de estar acelerando).
Suple el defecto que tiene el Cruise control, que no es capaz de frenar el coche por sí solo porque desconoce lo que ocurre delante de nosotros presuponiendo que está despejado.
Para poder calcular la distancia del coche precedente y saber si hay algún obstáculo, el City safety incorpora un pequeño sónar en el paragolpes delantero – parecido a la visión nocturna- que mediante ultrasonidos detecta cualquier anomalía en la carretera.
El alma de este sistema es sin duda el software, que debe ser lo más rápido y potente posible para no perder ni una décima de segundo a la hora de intervenir.
El proceso es el siguiente: El sensor detecta una anomalía, tranfiere los datos al ordenador central y este evalúa la situación interviniendo directamente en el circuito de frenada, frenando el coche de manera automática y con una brusquedad marcada por el peligro que exista, llegando a detenernos por completo.
El único pero que se le puede poner a este sistema es que no funciona por debajo de los 20 kilómetros a la hora pero por lo demás resulta interesante, ya que también podemos “fichar” al vehículo de delante y que nuestro coche de manera automática le siga a su misma velocidad.