Nueva entrega del thriller basado en hechos reales, en el que todo gira en torno a una familia de Estados Unidos que es perseguida por un espíritu que permanece ligado a ella.
Toda la historia comienza con un robo sospechoso (porque revuelven toda la casa y no se llevan absolutamente nada, a excepción de una cruz). Motivo por el que deciden instalar cámaras de vigilancia en toda la casa, por si volviera a suceder.
Pronto ocurren hechos paranormales con ruidos y movimientos de objetos a los que el padre de familia no da importancia, porque cree que se tratan de alucinaciones de su mujer y su hija. Pero al revisar las cámaras de videovigilancia no tarda en darse cuenta de que de verdad existe un espíritu, y que está todo grabado.
No es una película de “miedo” como tal, pero si que nos dará algún que otro susto y no nos dejará dormir a pierna suelta la noche en la que la veamos.
Antes de ir al cine, es más que recomendable que se vuelva a ver la primera parte de este filme, porque es una continuación y será necesario tenerla fresca para poder hilar la historia y resolver ciertas incógnitas.
Como sucediera con la primera, el principio se hace algo lento y aburrido, pero en el momento que empieza la acción se hace entretenida.
Sin duda alguna merece la pena ir a verla, pero para aquel/aquella que crea en los espíritus, se le recomienda no quedarse sólo en casa y dormir con las luces encendidas unos cuantos días.
Toda la historia comienza con un robo sospechoso (porque revuelven toda la casa y no se llevan absolutamente nada, a excepción de una cruz). Motivo por el que deciden instalar cámaras de vigilancia en toda la casa, por si volviera a suceder.
Pronto ocurren hechos paranormales con ruidos y movimientos de objetos a los que el padre de familia no da importancia, porque cree que se tratan de alucinaciones de su mujer y su hija. Pero al revisar las cámaras de videovigilancia no tarda en darse cuenta de que de verdad existe un espíritu, y que está todo grabado.
No es una película de “miedo” como tal, pero si que nos dará algún que otro susto y no nos dejará dormir a pierna suelta la noche en la que la veamos.
Antes de ir al cine, es más que recomendable que se vuelva a ver la primera parte de este filme, porque es una continuación y será necesario tenerla fresca para poder hilar la historia y resolver ciertas incógnitas.
Como sucediera con la primera, el principio se hace algo lento y aburrido, pero en el momento que empieza la acción se hace entretenida.
Sin duda alguna merece la pena ir a verla, pero para aquel/aquella que crea en los espíritus, se le recomienda no quedarse sólo en casa y dormir con las luces encendidas unos cuantos días.