Alicia en el país de Narnia

La película de Alicia en el país de las Maravillas de Tim Burton se esperaba con muchas ganas por parte del público.

Creo que es una película que no dejará contento a nadie. Los seguidores del director de Charlie y la fábrica de chocolate, se esperan una película llena de oscuridad y los niños de la factoría Disney, una película no tan tenebrosa.

La película se plantea con una sencillez vista en otras películas: Protagonista abandona el mundo real por un medio u otro y se sumerge en un universo paralelo. Nuestro personaje no lo sabe pero hay una profecía, un oráculo o algo similar que predestina cómo salvará ese mundo desconocido. Dejando atrás sus problemas deberá enfrentarse a sus miedos y vencer al malvado tirano que esclaviza a sus habitantes.

Dicho de esta manera, cualquiera diría que estamos hablando más de la película Las Crónicas de Narnia que de Alicia en el país de las Maravillas. Pero en eso consiste la película, solo que en vez de crear personajes nuevos, se han utilizado los ya existentes del libro de Lewis Carrol.

Habitantes de este submundo como El sombrerero loco, la liebre, el conejo blanco o el gato de Cheshire, pasan de ser personajes enigmáticos y misteriosos a seres que son capaces de racionalizar las cosas, mucho más humanos.

Las efectos en 3-D se han realizado en post-producción así que no se puede esperar la calidad de películas como Avatar (la cual se rodó en 3-D). Salvo en un par de escenas, las famosas gafas podrían ser perfectamente prescindibles. Sólo se gana un poco en los brillantes paisajes que recorren este famoso país.

Por otra parte, el espectador espera que en algún momento de la película Alicia se pierda y poder disfrutar visualmente de las imágenes que nos transmite ese submundo.

Los fans de Tim Burton estarán sumamente decepcionados con esta entrega, donde parece que Disney ha metido la mano. Ya que, la mezcla entre el famoso director y el enigmático autor del libro hacía pensar en una película plagada de incertidumbre, oscuridad y misticismo. Cosa que solo aparece a pequeñas pinceladas.