En esta segunda entrega de la entrevista a Ángel Rodríguez, el periodista nos muestra su lado más personal. Nos relata como empezó en la radio deportiva, además de cómo se logra encajar la vida personal y profesional en una profesión tan anómala como es el periodismo.
Llevas 24 años en esto, ¿cómo te inicias en la radio deportiva?
Surgió por casualidad. Yo nunca había pensado que podría ser periodista deportivo. No es una inquietud que tuviera de pequeño. Llega un momento en la vida que tienes que decidir que carrera quieres estudiar y yo no lo tenía nada claro. Encima me tenía que ir a la mili.
De lo que podía estudiar con la nota de COU la que más me atraía era periodismo, pero fue la primera vez que se me pasó por la cabeza hacerme periodista. Me metí en la facultad de periodismo y ya prácticamente desde primero montamos una radio pirata, porque no había prácticas en la Universidad. Íbamos a los partidos, hacíamos nuestros pequeños Radioestadio, y desde ese momento se me metió el veneno de la radio en el cuerpo. Ya desde entonces siempre dedicado a la radio deportiva.
¿Es gratificante el trabajo de periodista, tantas horas?
Para mí si, sino no lo haría. Yo es verdad que ahora estoy en una fase de mi vida que tal vez me llene menos que otras en que me lo pasaba mejor pues yo siempre he trabajado un montón de horas porque los sitios en los que he trabajado por suerte o por desgracia había programa a las doce de la noche y hasta la 1:30 no salías, pero es que cuando trabajaba en la Cadena Ser
Hay un amigo que dice que son los tres “8”: ocho horas a dormir, ocho horas al ocio y ocho horas a trabajar. Pues a mí algo me falla, eso no puedo hacerlo. La parte de gestión es más desagradable, porque yo antes no estaba acostumbrado a hacerlo, sin embargo la parte que más me llena es la parte de hacer el programa. Creo que al menos capacidad de trabajo y de esfuerzo tengo. Yo creo que hay que aprovechar todo lo que te llegue en la vida porque de todo se aprende. Entonces todo lo que pueda y que respete mis dos días libres, eso sí, que he puesto por sagrados, porque antes no era ni eso. He estado muchísimos años sin librar muchas semanas o librando sólo un día. Yo ya tengo una familia que se merece que esté con ellos unas horas a la semana. Al final llegas a organizarte de una manera en la que llegas a casi todo.
Cuando llega el viernes, ¿logras desconectar del todo?
Prácticamente. Siempre puede haber alguna llamada el viernes o el sábado. Pero en la redacción ya saben para que se puede llamar y para que no. Aunque hay veces en las que hay que tomar una decisión. O hay que salir a hacer el programa, pues ese viernes haré yo el programa y luego llegan fiestas en las que yo normalmente hago el programa.
Después de veinte años tengo la sensación de que estoy empezando a hacer el programa, pues llevo sólo 4 años. Es un estar empezando constantemente en esta profesión, y cuando vas a otro sitio y cambias de emisora estás empezando otra vez. Por mucha experiencia que tengas es un volver a empezar siempre. Yo creo que no puedo permitirme el lujo de cogerme tres meses de vacaciones en verano, cuando llevo 4 años haciendo el programa. O decir que no trabajo los festivos, porque son festivos. Creo que es una falta de respeto hacia mis oyentes y tengo que estar ahí.
Y cuando estás hablando con tu familia, tus amigos o te vas a cenar en tu día libre con otra pareja ¿logras desconectar realmente? ¿O el tema es el fútbol, el deporte…?
Depende del momento en que pille. Después de este verano un poco convulso, si reconozco que muchos temas de conversación con los amigos han sido esos, porque se interesan, porque te preguntan. Pero luego si es verdad que no hablo más de fútbol con los amigos que los que pueda hablar cualquiera.
Pero curiosamente no porque yo lo saque sino porque lo sacan ellos. Y muchas veces quieren saber todos los fichajes. Aunque tú no los sabes, igual que no sabes los resultados de la quiniela. Piensan que tienes esa información privilegiada y no es así. Al cabo del tiempo, cuando ya llevas más tiempo con esas amistades, todo vuelve a la normalidad y somos personas normales y corrientes.
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