viernes, 19 de noviembre de 2010

LA MANERA MÁS ABSURDA DE PERDER UN MUNDIAL

El domingo pasado tuvo lugar la última carrera del mundial de fórmula 1 en los Emiratos Árabes y desde entonces, sigo intentando buscar una explicación a la derrota del piloto español Fernando Alonso.

Más que una derrota fue un exceso de confianza, porque aunque fuera el primero en la clasificación general no debió dejar a su rival directo – Vettel- que campara a sus anchas en el circuito.

Y eso es lo que sucedió. Un Alonso aturdido, lento, y muy poco preciso en las últimas vueltas fue lo único que pudimos ver durante todo el Gran premio.
La carrera fue, a mi juicio, la más bonita y entretenida de toda la temporada, ya que el resto han sido “infumables” y no conozco a nadie que haya sido capaz de ver las 55 vueltas de un gran premio sin hacer zapping. Tuvo emoción hasta el último momento y un espectacular accidente en la primera curva en la que el veterano Schumacher derrapó (algo inédito en él) y fue embestido frontalmente, dio el susto del día. Mientras veía como le iban rozando las piezas de los coches el casco, no pude evitar echar la vista atrás y recordar el fatal fallecimiento de Ayrton Senna.

Tras las cinco primeras vueltas marcadas por el Safety Car, la carrera se desenvolvió con normalidad e incluso pareció que Fernando iba a ser campeón del mundo por tercera vez. Hasta que inexplicablemente pasó de la cuarta posición a la octava.
Despertó del trance, pero ya era tarde (faltaban 5 vueltas) y todos sus esfuerzos fueron en balde e incluso pudo terminar peor al apurar tanto en las curvas y forzar el bloqueo de los frenos y derrapar en más de una ocasión.

Todo lo contrario que Vettel, que demostró tener una gran maestría y supo arriesgar en los momentos oportunos- aunque le pese a Antonio Lobato- llegando incluso en sus últimas vueltas a rodar a un ritmo bastante más lento que el resto para cuidar su mecánica. Un síntoma de que hizo bien sus deberes en la pista.
Pero no voy a responsabilizar a Alonso de esta debacle, porque su equipo NO estuvo a la altura y una vez más demostró equivocarse en la última carrera de la competición. Por cierto, su coche todavía dista mucho en rendimiento a los Red Bull.

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