El equipo capitaneado por Paquillo volvió a demostrar que no merece estar en los puestos de arriba perdiendo contra el primer clasificado.
La historia se repitió esta vez a la inversa. El Schalke salió muy enchufado y dominó durante los primeros diez minutos. Contó con una gran superioridad en el juego y en lo que a ocasiones se refiere. Pudo ponerse por delante en varias ocasiones pero tuvo que ser Rodri tras una gran jugada personal y combinada viniendo desde atrás que pusiera el 1 a 0.
El conjunto verdillo se confió y lo pagó con tres contras fulminantes del equipo contrario. Llegando al descanso con 3-1.
La segunda parte arrancó exactamente igual, Los Tíos Vivos encerrados atrás aguantando y saliendo a la contra. Defendieron durante y muchas veces por encima del reglamento. El árbitro no ayudó mucho a cortar este juego duro pitando las infracciones en contadas ocasiones. En una de esas entradas cazaron a Rodri por detrás y le lesionaron el tobillo.
Cuando más cerca estaba de marcar el Schalke recibió otro gol en contra. El equipo se volvió loco y hubo desajustes de posiciones en la que los defensas subían obligando al centrocampista a bajar y dejando el centro del campo vacío.
Aún así el Schalke recortó distancias desde el punto de penalty, que transformó Likiller. La pena máxima se cometió por una de las múltiples faltas y agarrones que se produjeron en su área. Finalmente el equipo capitaneado por Paquillo encajaría otro gol antes del final del partido.
Análisis:
Árbitro: Vladimir
Su arbitraje fue lamentable, permitió el juego sucio del rival y no hizo nada ante las amenazas e insultos que lanzaban.
Una vez más fue el único que se salva del equipo. Se mantuvo muy sobrio atrás y aportó mucho peligro en ataque. Su gol redondeó su actuación.
Estuvo todo el partido peleando con los centrales rivales. Definió a la perfección la pena máxima.
Al sentir que el partido se le iba de las manos y perderían el liderato no dudaron en emplear juego violento y amenazas cuando se protestaba.
El equipo sufrió un bajón físico y de motivación. Muchos jugadores perdieron su posición y la defensa se volvió un caos. Mención especial para Juan que ni apareció.
F.MARTIÑÁN
Menuda banda de gitanos que eran los otros....
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