Rafael Molina-La elección del balón de oro en la tarde de hoy ha supuesto un auténtico mazazo para el fútbol español, que esperaba culminar su gran año tras la consecución del cetro mundial en Sudáfrica con la consecución también del máximo galardón individual.
La elección de Lionel Messi como mejor jugador del planeta por segunda vez ha soprendido a la gran mayoría de aficionados españoles. Xavi Hernández se encontraba ante su gran oportunidad de convertirse en el sucesor de Luis Suárez.
Es sorprendente como el fúbol una vez más vuelve a ser injusto. Injusto no porque Messi no se lo merezca, sino porque este año había sido el de Xavier Hernández. Después de haberlo ganado absolutamente todo en los últimos tres años, liderando al Barça y a la Selección le arrebatan un galardón que posiblemente hubiera supuesto su paso a la historia como uno de los mejores centrocampistas y posiblemente el mejor jugador español. Aunque no marque goles, él es quién dirige al mejor equipo del momento. A la mejor Selección Española de la historia. Sín él, Messi no sería quién es. Sin él nada funciona. Es con él cuando todo se activa. Un genio desprestigiado.
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