jueves, 13 de enero de 2011

NEUMÁTICOS DE INVIERNO

En estas fechas en las que el mal tiempo hace mella, es normal hablar de las cadenas y de cómo instalarlas efectivamente en nuestro coche. Pero también tenemos otra opción, que es la de cambiar los neumáticos de nuestro automóvil por otros de invierno.

Primeramente hay que hablar de la reglamentación, que en el caso de España, no hay ninguna norma que obligue a ningún conductor a cambiar sus neumáticos. Solamente en casos de extrema necesidad se obliga al uso de cadenas o en su defecto, usar otros elementos antideslizantes como las fundas de tela o los neumáticos de invierno propiamente dichos.
Los neumáticos de invierno aparecen bajo la denominación M+S, M&S o simplemente MS, que traducido al español significa barro y nieve.

¿Cuál es su secreto?

El dibujo. Ofrece una superficie con muchos más surcos para que su cuerpo se mantenga intacto a la vez que incorpora a su composición de goma el sílice, que mejora el rendimiento ante temperaturas muy frías y reduce casi en la mitad la distancia de frenado respecto al neumático convencional.

Los cuidados que requieren una vez instalados son iguales que los normales, verificando su nivel de inflado siguiendo las especificaciones del fabricante, y deberemos cambiar los neumáticos cuando estos tengan menos de 4mm de grosor (ya que estas ruedas son mucho más gordas de lo normal)

Pero los cuidados realmente importantes vienen a la hora de guardarlos, porque deberemos limpiarlos y secarlos muy bien para que la goma no se pudra.
También tendremos que guardarlos en un sitio fresco en el que los rayos de sol no penetren porque reducen considerablemente la vida útil del neumático y por último, se recomienda que una vez se vuelvan a instalar, crucemos las gomas, es decir, cambiemos la colocación. Por ejemplo el neumático delantero derecho, en la siguiente puesta lo colocaremos en el trasero izquierdo haciendo una especie de X, y así sucesivamente para forzar al neumático a que se desgaste igualmente.

Respecto a la velocidad máxima a la que se puede circular con ellos es muchísimo más elevada que si lo hiciéramos con cadenas, pudiendo alcanzar los 160 km/h – letra Q-
Resulta más que suficiente, porque hace falta estar loco para circular a esa velocidad con nieve, aunque conviene que lo recordemos a la hora de circular por autopista.

Lo más importante: Cambiar de gomas en cuanto el tiempo sea más estable, porque su uso con buen tiempo puede ocasionar algún derrape y podremos desgastarlos e incluso quedarnos sin goma con recorrer 200km a 90 km/h un día soleado con una temperatura de 13º.

Es una buena opción, pero hace falta tiempo, dinero y un gato para levantar el vehículo, así que si no vivimos en una localidad con mucha nieve es más rápido y barato recurrir a las tradicionales cadenas.

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