martes, 21 de diciembre de 2010

EL GUSTO DE APARCAR

¿Quien no deja el coche aparcado en una calle muy angosta y al volver a por él se encuentra con la desagradable sorpresa de que tiene todo un lateral o una de las esquinas
de los paragolpes arañados?

Pues bien, ese es uno de los motivos por los que los conductores damos la bienvenida a estos sistemas, aunque la realidad es que se emplean para facilitar la maniobra de estacionamiento al conductor y que este proceso se realice en el menor tiempo posible y sin contratiempos. Como en toda la electrónica de la automoción, hay varios sistemas utilizados para este fin.

El primero de ellos y el más utilizado hoy en día es el sensor de aparcamiento. Se trata de unos pequeños “botones” que están situados en el paragolpes trasero. En realidad son sensores de ultrasonido (como un submarino) que cuando sus ondas chocan contra un objeto emiten un pitido para informar de ello. A medida que nos acercamos más al objeto, ese pitido es más seguido hasta llegar a sonar continuamente, momento en el que estaremos literalmente pegados al obstáculo. Hoy en día también se está incluyendo esta solución a los paragolpes delanteros, aunque su uso es más absurdo porque, a diferencia de la parte trasera de nuestro coche, sí que vemos donde estamos a punto de darnos (Aunque hay ciertos conductores que aunque estén viendo que su coche no entra, inexplicablemente se dan)

Otra de las facilidades para este asunto, son las cámaras instaladas en la parte trasera del coche. Estas lo único que hacen es visualizar la situación como si estuviéramos viéndolo en persona. El problema es que sólo pueden instalarse en vehículos que dispongan de pantalla en el salpicadero –que es donde se reflejan las imágenes-.
Algunas marcas tienen estos dos sistemas combinados junto con un software de inteligencia, que calcula el hueco donde queremos aparcar el coche y nos lo muestra en la pantalla, poniéndose de color rojo si no nos entra y marcándonos la trayectoria a seguir para dejarlo perfecto.

Obviamente, estas dos ayudas son muy útiles para vehículos de gran tamaño, en los que por su longitud, el conductor no ve con claridad el final de su coche.
Hay otro invento puesto en marcha por Volkswagen bajo el nombre de parkassist, que además de los anteriores es capaz de maniobrar por sí solo el coche sin que tengamos que tocar el volante. Desde luego es el mejor para todos porque así, si que si, nunca nos “rozarán” el coche. Otras marcas ya están utilizando este sistema en sus modelos, pero es una ayuda todavía muy verde, que no es capaz de aparcar en huecos justos (sólo funciona si hay bastante margen por delante y por detrás).
Por lo tanto, si queremos que nuestro coche aparque por nosotros, este es el mejor sistema, aunque si queremos que estacione en cualquier sitio, es mejor esperar para que mejoren sus prestaciones.

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